Hay vida más allá de los titulares de “poeta maldita”.
Mucho más que tristeza que se le atribuye.
Hoy quiero que la miremos con otros ojos.
Vamos a celebrarla, pues hoy cumpliría 89 años.
Pero celebrarla de verdad, como lo que fue: una escritora con un nivel de exigencia brutal, que buscó con obsesión la palabra justa.
Mis poemas los hago con mucha paciencia. Un poeta no tiene apuro, no debe. Un verso, una línea, la escribo palabra a palabra – Alejandra Pizarnik, en una carta a León Ostrov.
Pizarnik escribió como quien cava con las manos.
Vivió con intensidad todo lo que escribió, casi por necesidad.

He hecho una selección de 15 poemas (técnicamente 13, porque dos son un extracto de sus diarios).
Antes de sacar conclusiones, leamosla y luego, cada uno que la interprete a su manera. Pero demosle una oportunidad, una hoja en blanco, una mirada limpia.
Sobre su escritura, ella misma decía:
Entre otras cosas, escribo para que no suceda lo que temo; para que lo que me hiere no sea. Se ha dicho que el poeta es el gran terapeuta. En este sentido, el quehacer poético implicaría exorcizar, conjurar y, además, reparar. Escribir un poema es reparar la herida fundamental, la desgarradura. Porque todos estamos heridos.
Siento que los signos, las palabras, insinúan, hacen alusión. Este modo complejo de sentir el lenguaje me induce a creer que el lenguaje no puede expresar la realidad; que solamente podemos hablar de lo obvio.
De allí mis deseos de hacer poemas terriblemente exactos a pesar de mi surrealismo innato y de trabajar con elementos de las sombras interiores. Es esto lo que ha caracterizado a mis poemas.

1. La palabra que sana
Esperando que un mundo sea desenterrado por el lenguaje, alguien canta el lugar en que se forma el silencio. Luego comprobará que no porque se muestre furioso existe el mar, ni tampoco el mundo. Por eso cada palabra dice lo que dice y además más y otra cosa.
2. La última inocencia
Partir
en cuerpo y alma
partir.
Partir
deshacerse de las miradas
piedras opresoras
que duermen en la garganta.
He de partir
no más inercia bajo el sol
no más sangre anonadada
no más formar fila para morir.
He de partir
Pero arremete, ¡viajera!
3. El miedo
En el eco de mis muertes
aún hay miedo.
¿Sabes tú del miedo?
Sé del miedo cuando digo mi nombre.
Es el miedo,
el miedo con sombrero negro
escondiendo ratas en mi sangre,
o el miedo con labio muertos
bebiendo mis deseos.
Sí. En el eco de mis muertes
aún hay miedo.
4. Desmemoria
Aunque la voz (su olvido
volcándome náufragas que son yo)
oficia en un jardín petrificado
recuerdo con todas mis vidas
por qué olvido.
5. Sombras de los días por venir
Mañana
me vestirán con cenizas al alba,
me llenarán la boca de flores,
Aprenderé a dormir
en la memoria de un muro,
en la respiració
de un animal que sueña.
6. Origen
Hay que salvar al viento
Los pájaros queman el viento
en los cabellos de la mujer solitaria
que regresa de la naturaleza
y teje tormentos
Hay que salvar al viento.
7. La carencia
Yo no sé de pájaros,
no conozco la historia del fuego.
Pero creo que mi soledad debería tener alas.
8. Sentido de su ausencia
si yo me atrevo
a mirar y a decir
es por su sombra
unida tan suave
a mi nombre
allá lejos
en la lluvia
en mi memoria
por su rostro
que ardiendo en mi poema
dispersa hermosamente
un perfume
a amado rostro desaparecido
9. Cold in hand blues
y qué es lo que vas a decir
voy a decir solamente algo
y qué es lo que vas a hacer
voy a ocultarme en el lenguaje
y por qué
tengo miedo
10. Extracto de sus Diarios.
Quiero estudiar, quiero aprender, quiero escribir. Tengo veintidós años. No sé nada. Nada fundamental. No sé lo que debería haber aprendido hace muchos años. Nadie me enseñó nada.
Sé, en cambio, lo que debería saber mucho después.
De allí que me sienta anciana y niña al mismo tiempo.
11. Extracto de sus Diarios.
Heredé de mis antepasados las ansias de huir. Dicen que mi sangre es europea. Yo siento que cada glóbulo procede de un punto distinto.
De cada nación, de cada provincia, de cada isla, golfo, accidente, archipiélago, oasis. De cada trozo de tierra o de mar han usurpado algo y así me formaron, condenándome a la eterna búsqueda de un lugar de origen.
Fue la segunda hija de un matrimonio de judíos llegados a Argentina dos años antes del nacimiento de ella, de ahí su desasosiego por el hogar, el origen.
12. Palabras…
explicar con palabras de este mundo
que partió de mí un barco llevándome
13. Nada
El viento muere en mi herida.
La noche mendiga mi sangre.
14. Aproximaciones
Abrazando a tu sombra en un sueño
mis huesos se arqueaban como flores
*
Quisieras vivir siempre
como algo olvidado en la mano de un muerto
*
Escribes poemas
porque necesitas
un lugar
en donde sea lo que no es
*
Yo no canto, no celebro,
no bailo desnuda y ebria
sobre mi ataúd.
Pero yo le ruego al poema,
yo le pido la luna al poema.
15. Poema
Tú eliges el lugar de la herida
en donde hablamos nuestro silencio.
Tú haces de mi vida
esta ceremonia demasiado pura.

Es cierto que la vida de Pizarnik estuvo llena de tragedias, pero también estuvo marcada por una constante búsqueda.
Encontrar las palabras para decir lo que no se puede decir.
Cada poema suyo es una especie de batalla interna, un proceso que nunca termina.
La poesía, no como sustitución, sino como creación de una realidad independiente —dentro de lo posible— de la realidad a que estoy acostumbrada.
Las imágenes solas no emocionan, deben ir referidas a nuestra herida: la vida, la muerte, el amor, el deseo, la angustia. Nombrar nuestra herida sin arrastrarla a un proceso de alquimia en virtud del cual consigue alas es vulgar.
Escribes poemas porque necesitasun lugaren donde sea lo que no es.
alejandra pizarnik
Descubre en el apartado de tienda, las láminas collage originales inspiradas en la poesía de Pizarnik.

¡Sin comentarios aún!