Aldous Huxley y su ‘mundo feliz’

Aldous Huxley

En la sección de clásicos de hoy os traigo a Aldous Huxley. Un hombre capaz de quedarse ciego y recuperar la visión, un hombre capaz de predecir el futuro y plantear cómo estaría viviendo en la sociedad actual.

¿Cómo sabes si la Tierra no es más que el infierno de otro planeta? 

Puede que os suene su nombre por su obra maestra: Un mundo feliz, novela escrita en 1932. ‘Un mundo feliz’ es un libro magnífico. Es un título que define el término ironía. A día de hoy se considera uno de los enclaves más importantes de la literatura de ficción, junto a 1984 de G.Orwell y Farhenheit 451 de R.Bradbury.  ¿Acaso no es poesía hablar de un futuro que se transforma en presente?

Un mundo feliz cobra especial relevancia en la actualidad porque narra un escenario similar al que vivimos: los líderes construyen un nuevo mundo en el que no existe la queja ni el inconformismo. En su lugar, la estabilidad social lo inunda todo. Para mantener este orden los líderes crean a los habitantes del mundo como si de una pieza de coche se tratara, en serie. Así los humanos son como objetos de fábrica, pudiendo elegir si serán guapos, inteligentes o bajos y feos.

Sólo hay un rincón del universo que puedes estar seguro de mejorar, es tu propio ser.

Los líderes deciden todo. El tipo de gente que nace y cuánta nace. No existe la familia ni el sentimiento de pertenencia. Los humanos son una pieza más del engranaje social, y nunca mejor dicho. Grandes masas de gente hipnotizada, siguiendo un patrón, sin cuestionarse el por qué… ¿Os recuerda a algo?

‘Un mundo feliz’ es un libro para reflexionar, como hace su protagonista, Bernard Marx, que se cuestiona el mundo en el que vive. Muchos de sus diálogos y reflexiones parecen hechos a medida para la sociedad actual que sucede tan rápido y estamos en permanente búsqueda de lo nuevo y lo fresco, mientras que lo de ayer ya lo consideramos viejo. Vamos a un ritmo frenético, pero sin dirección.

-Pero, ¿Por qué está prohibido? -preguntó el Salvaje. El Interventor se encogió de hombros. -Porque es antiguo; ésta es la razón principal. Aquí las cosas antiguas no nos son útiles. – ¿Aunque sean bellas? -Especialmente cuando son bellas. La belleza ejerce una atracción, y nosotros no queremos que la gente se sienta atraída por cosas antiguas. Queremos que les gusten las nuevas.

Aldous Huxley fue uno de los escritores que no dudó en explorar la psique probando algunas sustancias como la mescalina, el LCD y la psilocibina, a partir de las cuales escribió libros como, Las puertas de la percepción y Cielo e infierno. Una de sus lecturas favoritas era el Libro tibetano de los muertos, mismo que pidió le fuera leído tras su muerte. Tras una vida de ajetreo interminable, de letras, de experimentos, de previsiones, de consejos y soluciones, murió el 22 de noviembre de 1963, a los 69 años. El mismo día que asesinaron al presidente John F. Kennedy. Hay veces en que la ficción supera la realidad. ¿No?

Si os ha interesado, como mínimo hacedle el honor de leer ‘Un mundo feliz’ como ejercicio de liberación. Os dejo con algunas de sus reflexiones que me encantan 😀

Quizá la más grande lección de la historia es que nadie aprendió las lecciones de la historia.

“Odio a los indiferentes. Creo que vivir es tomar partido. Quien verdaderamente vive no puede dejar de ser ciudadano ni de tomar posición. La indiferencia es abulia, es parasitismo, es cobardía, no es vida. Por eso, odio a los indiferentes. La indiferencia es el peso muerto de la historia. Es la bola de plomo del innovador y la materia inerte en el cual frecuentemente se ahogan los entusiasmados más esplendorosos.”

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